
El paro general convocado por la CGT contra el Gobierno de Javier Milei tuvo un alcance dispar: mientras el AMBA avanzaba con cierta normalidad, en ciudades del interior bonaerense la medida se sintió con fuerza, afectando servicios públicos, transporte, educación y bancos.
El funcionamiento del transporte urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires fue un factor clave para que muchas personas pudieran llegar a sus trabajos. Sin embargo, en horarios pico se registraron largas colas por la falta de trenes, lo que complicó la movilidad.
En cambio, en el interior de la provincia de Buenos Aires, el panorama era distinto. En ciudades como Pergamino, San Nicolás y Tandil se observó una alta adhesión, especialmente en el sector público, la educación estatal y el transporte de carga.
El sistema educativo mostró marcadas diferencias. Mientras las escuelas públicas de muchas localidades no dictaban clases, en los colegios privados hubo actividad. En La Plata, por ejemplo, algunas facultades de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) permanecieron cerradas, como Humanidades y Medicina, mientras otras continuaron con sus actividades.
En Bahía Blanca, un incidente aislado alteró el servicio de colectivos urbanos, lo que redujo el movimiento en la ciudad. A nivel aéreo, Aerolíneas Argentinas canceló 258 vuelos, afectando a 20 mil pasajeros, lo que evidencia el impacto nacional de la huelga.
Los bancos, tanto públicos como privados, no abrieron sus puertas en buena parte del interior. En contraste, el comercio local funcionó en muchas ciudades, aunque con menor afluencia que un día habitual.
En la capital provincial, La Plata, la adhesión de gremios como ATE y UPCN paralizó áreas clave del Estado. Según información de los sindicatos, se vieron afectados hospitales, escuelas, municipios y organismos nacionales.
En Mar del Plata, las oficinas de ANSES, dependientes del Ministerio de Capital Humano, se abrieron con personal reducido. Según la CGT Regional, el paro tuvo un 60% de acatamiento en el sector privado y alcanzó el 80% en organismos públicos.
En San Nicolás, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) señaló una “alta” adhesión en plantas fabriles. También se sumaron trabajadores de la construcción y transportistas de carga. En las escuelas públicas, el acatamiento alcanzó el 90%, según estimaciones locales.
El centro de Tandil mostró comercios abiertos y cierta actividad gastronómica. No obstante, la falta de atención bancaria y la baja asistencia a clases marcaron el día. En organismos provinciales y nacionales, la adhesión fue del 60%, de acuerdo con fuentes gremiales.
El paro del 10 de abril dejó un escenario dividido, con menor impacto en el AMBA y una notable respuesta en el interior de la provincia. El transporte urbano funcionó como amortiguador en la zona metropolitana, pero en el resto del territorio bonaerense, los gremios hicieron sentir su peso.