
La precarización laboral continúa siendo un fenómeno ampliamente extendido en Argentina. De acuerdo con el informe más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el 42% de las personas ocupadas en los principales centros urbanos del país trabaja en condiciones informales. Esto representa a más de 5,7 millones de trabajadores que, durante el cuarto trimestre de 2024, carecieron de acceso pleno a derechos laborales fundamentales.
El estudio, basado en datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), revela que la informalidad afecta de manera desigual a distintos grupos. Entre los jóvenes menores de 29 años, la tasa asciende al 58,7%; en las mujeres, al 43,4%; y en los varones, al 40,9%. A su vez, quienes trabajan de manera independiente presentan una incidencia aún mayor, con un 62,4% en situación informal.
Sectores más afectados por la informalidad
Las actividades con mayores niveles de informalidad son el servicio doméstico, con un 77%, seguido por la construcción (76,6%) y el comercio (51,9%). Estos sectores, históricamente vinculados a formas precarias de empleo, suelen tener baja fiscalización y escasa formalización.
El informe del Indec, conducido por Marco Lavagna, también destaca que el 21,6% de los trabajadores informales se desempeña en unidades económicas informales. No obstante, el 11,8% realiza tareas dentro del sector formal, lo que refleja la existencia de empleo no registrado incluso dentro de empresas legalmente constituidas. Además, un 4,8% trabaja como personal doméstico en hogares particulares sin estar registrado.
Entre los asalariados, la falta de aportes jubilatorios constituye otro indicador clave de informalidad. El 35,8% de los ocupados no realiza aportes previsionales, y dentro de este grupo, cerca del 84% no efectúa ningún tipo de contribución al sistema.