
Mediante un comunicado breve pero cargado de emoción, el cardenal Kevin Joseph Farrell informó esta mañana el fallecimiento del papa Francisco. El sumo pontífice, que lideró la Iglesia Católica durante 12 años desde su elección en marzo de 2013, murió a los 88 años, dejando un profundo vacío entre fieles y líderes religiosos de todo el mundo.
"Queridos hermanos y hermanas, con gran tristeza debo comunicar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma ha partido hacia la casa del Padre", fue el mensaje emitido desde el Vaticano para anunciar la muerte de Jorge Bergoglio.
El comunicado fue leído por el cardenal Farrell, uno de los principales miembros de la curia romana, quien cerró sus palabras expresando: "Con enorme gratitud por su testimonio como verdadero discípulo de Jesús, encomendamos su alma al amor eterno del Dios Uno y Trino".
Tras su deceso, y conforme lo establece la tradición católica, se dará inicio al protocolo para rendirle homenaje al Papa y preparar la elección de su sucesor. Mientras tanto, Farrell asumirá funciones provisionales hasta que se celebre el cónclave en el Vaticano, donde alrededor de 117 cardenales de distintos continentes se reunirán para elegir al nuevo líder de la Iglesia. Así fue como, hace ya más de una década, Jorge Bergoglio —entonces arzobispo de Buenos Aires— fue electo tras cinco rondas de votación.
Francisco pasará a la historia como el primer pontífice latinoamericano y el primer jesuita en ocupar el trono de Pedro. Su papado se caracterizó por una visión renovadora, marcada por reformas significativas, mensajes políticos de alto impacto y gestos de cercanía que conmovieron al mundo.
La última aparición pública de Francisco
A pesar del frágil estado de salud que lo acompañaba en sus últimos años, el papa Francisco no dejó de cumplir con sus compromisos siempre que pudo. Su última aparición pública fue el pasado domingo de Pascua, cuando se asomó al balcón del Vaticano tras la misa para dirigir un breve saludo a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro: "Queridos hermanos y hermanas, ¡Feliz Pascua!", alcanzó a decir.
El deterioro de su salud venía siendo motivo de preocupación. En los últimos meses, Francisco enfrentó una serie de complicaciones médicas: a mediados de febrero fue internado por una bronquitis que evolucionó a una neumonía bilateral. Permaneció hospitalizado por más de un mes, y aunque hubo momentos de aparente mejora, nunca logró recuperarse del todo.
Su legado, sin embargo, permanecerá como uno de los más transformadores en la historia reciente de la Iglesia Católica.